3 Ejes de acción:
El más importante es el compromiso familiar: crear una cultura digital familiar, donde los padres sean un modelo y un ejemplo a seguir. Educarnos antes de educar.
El segundo eje es el acompañamiento: estar cerca de nuestros hijos cuando hacen uso de pantallas.
No podemos utilizarlas como canguro o chupetes emocionales. Aunque es cierto que en determinados momentos no pasa nada si les ponemos una película, o algo similar, y nosotros aprovechamos para las tareas de casa. Pero no podemos dejar que esto se convierta en una barra libre de videos de Youtube, donde los pequeños de la casa, con solo deslizar sus deditos llegan a videos imprevistos.
Y poco a poco, según se hagan mayores, generar conversación en torno a los contenido que les interesan. Ponernos en su lugar, y no adoptar desde el minuto cero una oposición, sino buscar la manera para que ellos cuenten qué es lo que les llama la atención de los youtubers e influencers.
Finalmente, como último eje, absolutamente fundamental, una acción de control, donde se establezcan unas normas claras para toda la familia, para todos los hijos. Unos límites claros, equilibrados y que tenemos que ser capaces de hacer respetar.
Todo ello, con la mirada puesta en que sean felices y descubran el valor que tienen como personas.
Carlo Gobatto y Myriam Ortigosa – Tutores de secundaria