Es importante reconocer que, es gracias al gran claustro de profesores con el que contamos, que podemos ofrecer la educación académica, humana y espiritual que reciben nuestros alumnos.
Una educación de la que nos sentimos profundamente orgullosos.
Nuestro colegio considera la relación entre profesor y alumno como el centro de toda la tarea educativa.
La educación trilingüe y el aprendizaje de dos lenguas extranjeras forman parte de nuestra propuesta educativa.
Nuestra propuesta educativa nace de una concepción católica del hombre, de la vida y del mundo. Esto exige y permite una confrontación con un modelo auténtico de vida moral e intelectual.
Sólo desde la unidad del claustro de profesores es posible llevar a cabo esta propuesta educativa. Por ello, los profesores son la riqueza principal del colegio.
El ambiente cotidiano de un colegio es lo que realmente facilita la educación de los alumnos. Por ello tanto las normas de convivencia como cualquier actividad o detalle de la vida del colegio sirven a esa finalidad.
El esfuerzo, la seriedad en el trabajo y la veracidad en la relación educativa son imprescindibles para un aprendizaje real y efectivo.
Los padres son los primeros educadores de sus hijos. El colegio complementa la acción educadora de la familia y ayuda a su crecimiento y maduración. Esto exige una estrecha colaboración con las familias y una unidad en el criterio educativo.
Los alumnos y sus familias son invitados a verificar el sentido y la conveniencia de nuestra propuesta educativa. Esto les permitirá descubrir realmente la importancia del estudio y su vocación personal.
El trabajo en equipo , la convivencia y las actividades propuestas por el colegio son esenciales para el desarrollo integral de la personalidad de nuestros alumnos.
