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Tú puedes hacerlo, confío en ti.

Hábitos de autonomía. ¿Por qué? ¿Por qué desde el colegio insistimos tanto en que los niños sean autónomos? ¿Es importante que los niños sepan hacer las cosas solos?

Es evidente que cuando un niño empieza a ser autónomo, se reduce nuestro trabajo “físico” y nos permite tener más tiempo para dedicarlo a otras cuestiones. Pero no es ese el motivo por el que vale la pena ayudar a los niños a ser autónomos.

Los niños en la etapa de infantil no tienen exámenes, ni deberes, ni tienen que estudiar, pero empiezan a poner las bases y a desarrollar las capacidades que les permitirán hacerlo más adelante. Gran parte de esas destrezas las van adquiriendo al resolver por sí mismos los pequeños retos que encuentran en su día a día, siempre y cuando los padres les dejemos hacerlo.

Todos los padres queremos que nuestros hijos sean responsables y autónomos, que tengan iniciativa, fuerza de voluntad y capacidad para decidir. Pero todo esto no se improvisa: es el resultado de un proceso que empieza cuando nacemos y que no termina nunca.

En la vida cotidiana de nuestros hijos existen innumerables ocasiones para que pongan en práctica todas esas habilidades que queremos que tengan.

Un niño que desde pequeño se acostumbra a concentrarse para abrocharse los botones, para conseguir encajar las dos piezas de una cremallera, para llevar un vaso lleno de agua de la cocina al comedor, para llevarse la cuchara del plato a la boca sin que se caiga el contenido… estará poniendo los cimientos para lograr concentrarse en el estudio cuando le llegue el momento.

Si desde que es pequeño se le acostumbra a pensar, a buscar soluciones (conseguir que quepan todas sus cosas en su mochila, ponerse el zapato en el pie que toca, llenar un vaso de agua sin derramarla, ponerse la camiseta del derecho…) desarrollará su capacidad para pensar y tomar decisiones y no dependerá de otros que piensen por él.

Los hábitos de autonomía, además, enseñan a los niños a ser responsables ordenando sus juguetes, llevando su ropa a lavar, ayudando a poner la mesa, rellenando la jarra de agua…El sentido de la responsabilidad se desarrolla precisamente a través de pequeñas responsabilidades. Si las han trabajado desde pequeños, cuando tengan que estudiar no les resultará tan costoso. No podemos esperar a que lleguen los exámenes para hablarles de esfuerzo y compromiso.

Si, por el contrario, les vestimos nosotros no tendrán que pensar en cómo hacerlo. Si les abrochamos los zapatos, no tendrán que concentrarse en esa tarea. Si les resolvemos sistemáticamente todos los problemas cotidianos y no tienen que esforzarse para nada, acabarán pensando que las cosas se obtienen sin trabajo.

Los hábitos de autonomía también nos ayudan a trabajar la psicomotricidad fina. Para poder trazar y aprender a escribir, es necesario que los niños desarrollen cierta habilidad motriz. Hoy en día nos encontramos con muchos alumnos con las manos tan laxas que no pueden hacer la pinza y coger el lápiz. Nunca han cerrado una cremallera, nunca han abrochado un botón, nunca han destapado un yogur y nunca se han quitado los calcetines o se han puesto los zapatos. Esa falta de entrenamiento en las actividades diarias incapacita a los niños para llevar a cabo actividades que requieran un poco de precisión manual.

Además de lo mencionado anteriormente, enfrentar a los niños a tareas que inicialmente les resultan difíciles cultiva la paciencia, la constancia y la fuerza de voluntad. Convivir con la desagradable sensación de no lograrlo todo a la primera es positivo: aumenta su autoestima cuando, tras esforzarse, alcanzan su objetivo.

Por todo esto os animamos a ayudar a vuestros hijos a ser autónomos. Os animamos a no resolver los pequeños retos que son capaces de solucionar por sí mismos. Os animamos a darles responsabilidades. De esta forma, no solo con nuestras palabras sino con nuestra forma de actuar hacia ellos, les estaremos transmitiendo un mensaje fundamental: Tú puedes hacerlo, confío en tus capacidades, confío en ti.  

Eva Doménech, Jefe de estudios de Infantil- Colegio Abat Oliba Loreto.